Libertad Religiosa en la Web - Libertad religiosa en el mundo

Los países latinoamericanos, con alguna excepción, respetan más la libertad religiosa

el . Publicado en Análisis de la libertad religiosa en general

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La libertad religiosa se ha considerado muchas veces como la primera de las libertades, entre otros motivos porque actúa como piedra de toque de todo el sistema de derechos y libertades en una nación: es una experiencia generalizada  que si esta libertad no está garantizada, tampoco se respeta ninguna otra.

En el mundo contemporáneo se encuentran amenazas a la libertad religiosa de dos tipos: por un lado en varios Estados –sobre todo en Oriente Medio y algunas naciones de Extremo Oriente, como China y Corea del Norte– hay graves prohibiciones contra los creyentes con riesgo de cárcel, torturas e incluso la muerte. Y por otro lado, el laicismo radical amenaza la libertad religiosa cada vez en más países.

Entre los Estados que permiten ataques violentos a la libertad religiosa se debe destacar el caso de Arabia Saudita, considerada la nación más refractaria a esta libertad humana, donde está prohibida cualquier manifestación de fe religiosa distinta de la oficial incluso en privado o en la intimidad del hogar. No es un problema menor: se considera que en aquel país viven entre medio millón y un millón de cristianos, sobre todo inmigrantes procedentes de otros países asiáticos y de Europa Oriental, que no pueden ni siquiera reunirse en una casa para rezar o leer la Biblia. Existe una policía religiosa que irrumpe sin aviso en los hogares si hay sospechas de que un grupo no musulmán se ha reunido para rezar.

Plaza de Bolívar en Bogotá (Colombia)La Primavera Árabe que comenzó en enero de 2011 supuso una esperanza para muchas minorías cristianas en países de mayoría musulmana. Sin embargo, los resultados fueron muchas veces frustrantes: en Egipto los coptos son objeto de frecuentes ataques armados, en Siria los cristianos se ven obligados a huir de sus domicilios ante el temor a las represalias en medio de la guerra civil que asola a aquel país, y en Túnez (uno de los países musulmanes más tolerantes en materia religiosa hasta enero de 2011) se instaló un gobierno islamista.

En los países occidentales (Europa y Estados Unidos) los ataques a la libertad religiosa no son violentos, sino sutiles. En estas naciones se están introduciendo formas de laicismo radical, que propugnan que la religión es un hecho privado que no debe tener manifestaciones públicas. Por ello desde muchas instancias se critica a los líderes religiosos que manifiestan su opinión en asuntos de índole pública.

El laicismo radical de los países occidentales pretende reducir la libertad religiosa a la simple libertad de cultos. Las confesiones religiosas serían libres de celebrar sus ritos y cultos y convocar a sus fieles, pero no de tener un cuerpo doctrinal propio al que se puedan adherir sus seguidores. No sería correcto en este contexto que los líderes religiosos tuvieran una moral distinta de la oficial, o que un creyente manifestara la objeción de conciencia en ciertas materias sensibles, como el aborto, la política familiar o el llamado matrimonio homosexual. No pocas veces las religiones en Europa son objeto de escarnios e insultos a través de los medios de comunicación o mediante películas, libros u obras de teatro, y ello con la tolerancia de los poderes públicos y a veces con su apoyo y financiación.

Especialmente preocupante por su significación es el conflicto en Estados Unidos ocasionado por los programas de salud impulsados por la actual administración federal, el llamado Obamacare. En esta reforma del modelo sanitario se pretende  que todos los que suministran planes de salud a sus empleados, incluidas las organizaciones religiosas, las universidades y colegios católicos o los hospitales confesionales, faciliten ciertos tratamientos, incluidos algunos considerados inmorales por muchas confesiones religiosas, como el aborto o la anticoncepción. El Obamacare ha provocado, entre otras reacciones, que los Obispos católicos norteamericanos hayan emitido notas alertando por el ataque contra la libertad religiosa en Estados Unidos, algo impensable hace apenas unos pocos años.

En este contexto las naciones de Latinoamérica se pueden considerar privilegiadas. Algunos indicadores internacionales consideran a Latinoamérica la mejor región del mundo en lo que se refiere a la libertad religiosa. En estas naciones el hecho religioso se vive con normalidad, ninguna confesión tiene restringida su libertad y existe una sincera colaboración entre el poder civil y las principales confesiones religiosas sin discriminación de nadie. Existen excepciones a esta norma, como Cuba, uno de los peores países del planeta en libertad religiosa. Además, hay naciones que son cada vez más preocupantes, como Venezuela; y en algunos Estados –particularmente Uruguay y México– hay un sustrato histórico de laicismo radical que sin embargo derivó últimamente en fórmulas de convivencia y mutuo respeto entre las instancias religiosas y políticas.

Sin embargo, las naciones de América Latina están muy expuestas a las influencias del exterior en todos los ámbitos, y la libertad religiosa no es una excepción. Se percibe cada vez mayor influencia del laicismo radical, cuyas consecuencias están todavía por ver. La reciente elección del primer Papa latinoamericano puede significar un cambio en esta tendencia.