La ley sobre la blasfemia, unida al extremismo islámico, hace de Pakistán un lugar donde la libertad religiosa es una quimera. Así lo explica Muhammad Aslam Khaki, jurista y abogado musulmán, que en una conversación mantenida con Fides habla de “males oscuros de la sociedad pakistaní” que “turban su equilibrio, armonía y legalidad”.
Por ello, numerosas voces como la del Consejo Mundial de las Iglesias (CMI) se suman a voces valientes como la de Islam Khaki que se arriesgan a acabar entre rejas en procesos inagotables que, injustamente, mantienen a personas inocentes en la cárcel dos o tres años antes de ser absueltas. El CMI acusa a la ley sobre la blasfemia de ser “la mayor fuente de persecución de las minorías religiosas en Pakistán” y ha pedido su derogación al presidente de Pakistán, Asif Ali Zardari, y al primer ministro Syed Yousaf Raza Gilani, al día siguiente del asesinato de los dos hermanos cristianos Rashid Emmanuel y Sajid Emmanuel, perpetrado el 19 de julio en Faisalabad.
El abogado Islam Khaki en la actualidad defiende a varios acusados de blasfemia, incluidos algunos cristianos. Es por eso que con frecuencia es víctima de “presiones y amenazas”, pero que no han medrado su compromiso con la legalidad. Sobre el caso de los hermanos Emmanuel, afirma a Fides: “Condenamos abiertamente la violencia. Nadie puede hacerse justicia por su propia cuenta. Este es un principio fundamental de un estado de derecho. Los dos cristianos, además, eran inocentes y el tribunal los había absuelto. Estos acontecimiento son heridas a la legalidad y al respeto a los derechos humanos, que Pakistán tiene que curar”.
Son heridas creadas, según este jurista, por la discutida “ley sobre las blasfemia, fuente de conflictos en la sociedad y problemas especialmente con las minorías religiosas. Es una ley que no necesitamos en el país. La ley termina siendo usada para controversias de todo tipo y para venganzas personales”. El abogado es favorable a la abolición de la ley, pero esto, subraya, “depende del Parlamento y creó que sería muy difícil que suceda”.
“Los políticos –prosigue el abogado amenazado- sufren la presión de grupos islámicos radicales que amenazan con protestas y desórdenes en las calles. Se teme una pérdida de consenso, ya que muchas veces la gente común se deja influenciar, y piensa que después de 20 años desde que entró en vigor sirve para defender el nombre el Profeta”.
La ley de todas formas es “fruto de una mentalidad y de una aproximación fundamentalista”. Aún hoy los líderes islámicos radicales “continúan a instigar a las masas, especialmente a los jóvenes: los asesinos de los dos hermanos cristianos son seguramente personas manipuladas por predicadores islamistas y por grupos extremistas, que dañan la sociedad y la nación”, concluye.
Abolición de la ley sobre la blasfemia, ya
El Consejo Mundial de las Iglesias se une, por ello, a las voces de la sociedad civil, de la Iglesia pakistaní y de numerosas instituciones internacionales, religiosas (como “Ayuda a la Iglesia que sufre”) y laicas (como el Parlamento Europeo con la resolución del 20 de mayo de 2010), al pedir la abolición de la ley sobre la blasfemia en Pakistán.
“La introducción de la ley sobre la blasfemia en el código penal pakistaní –nota el Consejo en la carta firmada por el Secretario General, Olav Fykse Tveit– toca algunos aspectos entre los más delicados para la libertad civil y religiosa”, en cuando que dicha ley es instrumentalizada por grupos extremistas con el fin de justificar abusos y violencias arbitrarias sobre las minorías religiosas.
El Consejo Mundial de las Iglesias es un organismo ecuménico con sede en Ginebra que reúne a más de 349 iglesias cristianas de todas las confesiones, en representación de los 560 millones de cristianos en 110 países del mundo, y que actúa “en unidad de fe, testimonio y servicio por un mundo justo y pacífico”. Su acción testimonia la gran cercanía de la comunidad cristiana de todo el mundo al sufrimiento de los fieles en Pakistán.
Ley sobre la blasfemia: algunos casos recientes
Una familia cristiana obligada a negociar su conversión al islam para obtener paz y tranquilidad; un cristiano anciano que, sobre la base de falsas acusaciones, pasará probablemente los últimos años de su vida en prisión: son algunos de los casos citados a Agencia Fides por abogados paquistaníes del Center for Legal Aid Assistance and Settlement (CLAAS) que denuncia los daños y sufrimientos creados por la ley sobre la blasfemia. A continuación, algunos de los casos más recientes que reporta la agencia católica:
- La familia de una mujer de 26 años de Punjab, Rubina Bibi, madre de tres hijos, acusada y encarcelada injustamente está pensado, debido a la desesperación, encontrar un acuerdo con sus acusadores: el retiro de los cargos y, por ende, la libertad, a cambio de su conversión al Islam. En marzo del 2010 Rubina fue acusada por una comerciante musulmana luego de una discusión sobre la compra/venta de un producto alimentario. La audiencias delante del tribunal se desarrollaron bajo la fuerte presión de los grupos islámicos extremistas. En el intento de llegar a un acuerdo extrajudicial, la familia de Rubina ha sido notificada que los cargos serían depuestos en caso de su conversión al Islam.
- Rehmat Masih, de 73 años, de la población de Jhandewall, en la Diócesis de Faisalabad fue acusado por el musulmán Sajid Hameed de haber insultado al Profeta Mahoma. Fue arrestado y llevado a Faisalabad. Fuentes de la comunidad católica local, que se ha movilizado para defender al hombre, explicaron a Fides que se trata de acusaciones evidentemente falsas, debidas a disputas interpersonales por la propiedad de algunos terrenos.
- En febrero de 2010 Qamar David, cristiano de Lahore, en la cárcel desde el 2006, fue condenado a cadena perpetua por blasfemia. Desde hace tres años su familia y su abogado son objeto de amenazas e intimidaciones. “La condena se basa sólo en declaraciones y testimonios inventados, fruto del odio y de los prejuicios”, afirma el abogado Parvez Choudry.
- En enero de 2010, Imran Masih, de 26 años, de Faisalabad, fue condenado a cadena perpetua por blasfemia. Un vecino de casa lo acusó de haber quemado una copia del Corán. El joven fue víctima de una trampa: mientras limpiaba su negocio, quería deshacerse de algunos libros escritos en árabe (lengua que no comprende) y para ello pidió consejo a su vecino, el cual primero le hizo quemar el Corán y luego lo acusó.
- A inicios de julio de 2010, el cristiano Zahid Masih y su familia, en Model Town, en los alrededores de Lahore, fueron obligados a huir y esconderse, pues el musulmán Manat Ali, con la ayuda de algunos hombres, habían intentado lincharlos. Zahid está acusado de haber utilizado un aviso con algunos versos del Corán como tapadera de un cuarto de baño.
- Constantes amenazas de muerte llegan a la pareja de cristianos Nosheen y Leonard D'Souza, quienes han elaborado un documento que trata sobre la violencia en Gojra de agosto del 2009, titulado Quemados vivos: el destino de los cristianos pakistaníes. El documental explica la iniquidad, la génesis, la historia y las violentas consecuencias de la ley sobre la blasfemia
Fuente: ForumLibertas.com, 28 de julio de 2010