El secretario de Estado del Vaticano, cardenal Tarsicio Bertone, recordó al presidente Felipe Calderón que un Estado se muestra plenamente democrático en la medida que garantiza no sólo el derecho a la vida, sino también el que los ciudadanos puedan practicar pública y privadamente su religión con total libertad.
En el encuentro privado que sostuvieron el pasado sábado 17 de enero, en la residencia oficial de Los Pinos, del cual la Presidencia sólo emitió un escueto comunicado, el enviado del papa Benedicto XVI subrayó que la Iglesia católica “no se cansa” de proclamar el derecho a la vida, desde su concepción hasta la muerte natural, y de igual forma lo hace para defender el derecho a la libertad religiosa, que incluye de manera particular la enseñanza religiosa en las escuelas públicas.
Durante la reunión, a la que también asistieron el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, y la canciller Patricia Espinosa Cantellano, el cardenal Bertone dijo que la coyuntura actual presenta algunos desafíos para México en el campo educativo, de la inmigración, la pobreza, la violencia, el narcotráfico, la corrupción y otras lacras sociales.
“La Iglesia aprecia y apoya todos los pasos que contribuyan a mejorar las condiciones de vida de los mexicanos. Ella, fiel a su vocación de servicio y animada por los valores nacidos del Evangelio, sólo aspira a brindar su propia contribución en todo aquello que promueve la solidaridad, la justicia social y la concordia de todo el pueblo”, señaló.
Agradecimiento y saludo
En su texto, el cardenal agradece al presidente Calderón las deferencias en su recibimiento como delegado pontificio al sexto Encuentro Mundial de las Familias, que se realizó del 14 al 18 de enero. De igual modo, transmitió el saludo y cordial afecto del papa Benedicto XVI hacia su persona, su gobierno y todos los ciudadanos del país, destacando la “arraigada devoción” que existe entre el pueblo de México a la Virgen de Guadalupe.
Bertone, quien estuvo acompañado por el nuncio apostólico, Christophe Pierre, y el cardenal Norberto Rivera, dijo a sus interlocutores que los católicos, en el debido respeto al pluralismo, trabajan con ahínco por el bien común, sabiendo que la sociedad tendrá futuro si en ella se afianzan los principios inviolables que están inscritos en el corazón humano.
Éstos, agregó el cardenal, no son fruto de consensos interesados y mutables, pues son imprescindibles para el ser humano. El primero es el derecho a la vida, que ninguna persona se da a sí misma, sino que es un don de Dios que ha de ser tutelado por todos los medios desde su concepción hasta la muerte natural.
“La Iglesia no se cansa de proclamar esta gran verdad, igual que hace con el derecho a la libertad religiosa, que es fuente y medida de todos los demás derechos fundamentales, de tal modo que un Estado se muestra plenamente democrático cuando no sólo garantiza la libertad de culto, sino el que los ciudadanos puedan practicar pública y privadamente la propia religión con toda libertad”, dijo.
Fuentes eclesiásticas revelaron que el presidente Calderón se mostró “receptivo” a las opiniones del jerarca, confirmó la importancia que México concede a las relaciones con el Vaticano y reiteró la invitación al Papa para que visite el país.
En tanto, ese mismo día 17, en un escueto comunicado de cuatro párrafos, la Presidencia de la República reportó el recibimiento al cardenal Bertone, con quien el presidente Calderón revisó temas de interés para México y el vaticano.
De manera particular se reconocieron “múltiples coincidencias” en temas internacionales prioritarios para ambas partes, tales como la reforma de las Naciones Unidas, el combate a la pobreza, el respeto a los derechos humanos y la protección a los migrantes y sus familias.
Fuente: Diario La Jornada, México DF 29 de enero de 2009