Según fuentes locales, el incidente ocurrió el 8 de enero de 2020 en el seminario mayor del Buen Pastor en la ciudad de Kaduna, en el norte de Nigeria. Poco después de las 22:30 horas, los secuestradores superaron la valla que rodea el complejo residencial de los seminaristas y penetraron en el edificio. Lanzaron disparos, robaron algunos objetos de valor y se llevaron a cuatro seminaristas.
Los secuestrados son Pius Kanwai (19 años), Peter Umenukor (23), Stephen Amos (23) y Michael Nnadi (18), procedentes de varias diócesis del norte de Nigeria. Los cuatro estaban iniciando sus estudios. Desde el secuestro no ha habido señales de vida de ellos, y su paradero es desconocido. Tampoco se sabe nada de la identidad y el trasfondo de los secuestradores.
Según cree ACN, el secuestro no parece tener un motivo religioso directo, tampoco está del todo claro si los secuestradores han exigido un rescate a las familias de las víctimas. La situación de la seguridad en el llamado Cinturón Medio de Nigeria -al que también pertenece Kaduna- es, de por sí, muy precaria debido a los numerosos ataques de los miembros de la tribu nómada Fulani a aldeas predominantemente cristianas. Centenares de personas han tenido que huir. Por otra parte, en el noroeste del país, sigue operando salvajemente el grupo terrorista islamista Boko Haram.
Caos generalizado
El presidente ejecutivo de ACN, Thomas Heine-Geldern, ha expresado su alarma por el secuestro: “La situación de la seguridad en Nigeria es catastrófica. Las bandas de delincuentes se aprovechan de la caótica situación y la agravan”, explicó Heine-Geldern, quien ha exigido que el Gobierno debe tomar medidas urgentes para proteger la vida y los bienes de las personas.
El presidente de ACN ha dicho que es el deber del Gobierno nigeriano garantizar la seguridad del país y la población, pues, de lo contrario, Nigeria corre el riesgo de convertirse en un Estado fallido. “Los secuestros y asesinatos me recuerdan a la situación en Irak antes de la invasión de las tropas del llamado Estado Islámico. Ya entonces, a los cristianos de allí les robaban, eran secuestrados y asesinados sin que tuvieran ningún tipo de protección del Estado. Es preciso que los cristianos de Nigeria no corran la misma suerte. El Gobierno debe actuar antes de que sea demasiado tarde”.
Preocupación de las familias y los 270 seminaristas
El presidente de la fundación internacional espera que los seminaristas regresen pronto: “Este acto de violencia contra estos jóvenes e inocentes futuros sacerdotes es cruel. Dos de ellos ni siquiera tienen 20 años. Apelamos a la conciencia de los secuestradores para que liberen a los jóvenes. Al mismo tiempo, pedimos a todos que se unan a nuestras oraciones para que los cuatro seminaristas sean liberados pronto sin daño alguno”.
Heine-Geldern también se ha referido a las familias de los secuestrados y a los otros 270 estudiantes y profesores del seminario mayor de Kaduna. “Están viviendo momentos terribles. Hace años que los cristianos de Nigeria están atravesando un infierno, pero no vacilan en su fe”, ha señalado Heine-Geldern.
María Lozano es miembro de Ayuda a la Iglesia Necesitada.