El caso de Asia Bibi saltó a los medios en noviembre de 2009, cuando fue condenada a la horca tras cinco meses en prisión por «insultos al Profeta», delito penado con la muerte en la república islámica de Pakistán. Esta joven agricultora cristiana de Itanwali, al sur de Islamabad, profirió insultos contra Mahoma una mañana calurosa de junio cuando trajo agua a sus compañeras con las que trabajaba en la recolecta del trigo. Ninguna aceptó compartir su vaso por considerarlo impuro y entonces estalló de rabia y cargó contra el Profeta, como ella misma admitió posteriormente en el juicio. Le condenaron a la horca.
Las dos personalidades políticas del país que se posicionaron de parte de esta agricultora fueron asesinadas en 2011, el gobernador del Punjab, Salman Taseer, y Shahbaz Bhatti, ministro de Minorías y único cristiano del Ejecutivo en ese momento. Ambos dirigentes criticaron abiertamente la ley anti blasfemia, vigente en el país desde los años ochenta y fortalecida por el general y dictador, Zia ul Haq. Un mecanismo legal que permite a tres personas ponerse de acuerdo para encerrar en la cárcel o condenar a muerte a otra al acusarle de haber insultado a Mahoma o al Corán.
Los cristianos representan el 2 por ciento de los 191 millones de habitantes que tiene Pakistán, el sexto país con más población del mundo, y en general son un sector muy pobre de la población.
Iglesias con protección armada
La Comisión de Derechos Humanos de Pakistán denuncia con insistencia desde la detención de Bibi que «los miembros de las minorías religiosas -cristianos, sijs, ahmadíes y musulmanes chiíes- han sido víctimas de terribles actos de violencia a causa de su fe. La violencia y la intimidación han aumentado la sensación de inseguridad en todas las comunidades», pero sus advertencias chocan con la fuerte influencia que los sectores religiosos tienen sobre la administración. Debido a las amenazas constantes, las iglesias tienen protección armada y eso fue lo que evitó una masacre a gran escala en Quetta.
Fuente: diario Abc, Madrid, 17 de diciembre de 2017
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