Una ola de atentados, la mayoría contra iglesias y reivindicados por la secta islamista Boko Haram, dejaron al menos 40 muertos el domingo, día de Navidad, en Nigeria, donde el gobierno habla de guerra.
"Es como si se hubiera lanzando una guerra interna contra el país. Debemos estar realmente a la altura y enfrentar la situación", declaró el ministro encargado de la Policía, Caleb Olubolad, que visitó uno de los lugares atacados.
Estos atentados, condenados por el Vaticano como el fruto de un "odio ciego y absurdo", tuvieron lugar tras dos días de enfrentamientos, el jueves y el viernes, entre miembros de Boko Haram y fuerzas del orden en el noreste, que dejaron unos 100 muertos.
El atentado más sangriento, con 35 fallecidos según el último balance, se produjo en el exterior de una iglesia católica de Madalla, cerca de Abuya, la capital de Nigeria, al término de la misa de Navidad oficiada en la iglesia de Santa Teresa.
Boko Harem, un grupo que promueve la creación de un Estado islamista en Nigeria y al que se le imputan la mayoría de actos violentos en el norte del país, de mayoría musulmana, reivindicó la ola de atentados cometidos el sábado y el domingo.
"Somos responsables de todos los ataques de los últimos días, incluida la bomba contra la iglesia de Madalla", dijo a la AFP, en declaraciones telefónicas, un portavoz de la secta, Abul Qaqa.
"Continuaremos lanzando ataques como estos en el norte del país en los próximos días", advirtió la fuente.
El gobierno de Nigeria confirmó la autoría de Boko Haram en estos ataques, que calificó de "cobardes" y "premeditados".
La Casa Blanca condenó los atentados y denunció la "violencia gratuita y las trágicas muertes el día de Navidad", en un comunicado de la presidencia de Estados Unidos.
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, el ministro italiano de Relaciones Exteriores, Giulio Terzi, y el jefe de la diplomacia británica, William Hague, también condenaron los ataques.
Poco después del atentado en Madalla, se registró un ataque contra una iglesia evangélica de Jos, epicentro de los enfrentamientos intercomunitarios en el centro del país, según un responsable local y otros testigos.
"Una bomba estalló en la iglesia Mountain of Fire. Un policía que vigilaba la iglesia murió y tres coches ardieron", explicó a la AFP Pam Ayuba, portavoz del gobierno del Estado de Plateau, del cual Jos es la capital.
En Damaturu, en el noreste, un kamikaze murió al chocar su vehículo contra un convoy de los servicios secretos de la policía (SSS), dejando un saldo de tres agentes fallecidos, según una nota del organismo.
Otra explosión en una rotonda sacudió el domingo Damaturu, mientras que el sábado estalló un artefacto en una iglesia de Gadaka (noreste), ante la que se encontraban fieles, afirmaron varios testigos.
Damaturu y Gadaka están en el Estado de Yobe, que sufrió una ola de ataques esta semana reivindicados por Boko Haram.
En Madalla, cerca de la capital, el atentado provocó escenas de caos y dañó la iglesia de Santa Teresa.
Jóvenes llevados por la ira encendieron dos hogueras y amenazaron con atacar una comisaría de policía de los alrededores. Los agentes dispararon al aire para dispersar a la gente y cerró una importante carretera.
Boko Haram se adjudicó la autoría del atentado suicida contra la sede de Naciones Unidas en Abuya, en agosto de 2011, que dejó 24 muertos.
La secta también reivindicó la ola de sangrientos ataques la víspera de Navidad en 2010, contra iglesias y causó decenas de heridos en Jos durante las represalias.
El jueves, se registraron una serie de explosiones y disparos en las ciudades de Damaturu y Potiskum, en Yobe, y Maiduguri, capital del vecino Estado de Borno, en el que murieron unas 100 personas, según una fuente policial y un responsable humanitario.
Nigeria, que cuenta con petróleo y es el país más poblado en África (160 millones de habitantes) tiene una mayoría musulmana en el norte y cristiana en el sur.
Fuente: Univisión, servicio de 25 de diciembre de 2011