El padre Ragid Ganni, de 31 años, sacerdote católico caldeo de la parroquia del Espíritu Santo, en el norte de Mosul, y tres subdiáconos -Basman Youssef, Bassam y Ghassan- han sido asesinados por unos desconocidos en un ataque con armas de fuego el 3 de junio de 2007. Los subdiáconos acompañaban al sacerdote cuando éste salía de la iglesia. En el momento del asesinato los cuatro dejaban la iglesia en un coche, después de haber celebrado la Santa Misa acompañados por la mujer de uno de los subdiáconos. Los cuatro -el sacerdote y los subdiáconos- murieron en el acto.
Los cuerpos de los cuatro asesinados permanecieron ante la iglesia durante horas porque nadie se atrevía a acercarse, ni siquiera la policía, para no correr la misma suerte. Junto a los cuerpos sin vida de los religiosos los terroristas colocaron explosivos de manera que nadie pudo acercarse, por temor a que estallaran. Después la policía logró desactivar las bombas y los cuerpos fueron llevados a la iglesia del Espíritu Santo.
Benedicto XVI ha hecho público su dolor al recibir la noticia del «insensato asesinato» del sacerdote caldeo y de tres subdiáconos en Irak y ha hecho un apremiante llamamiento a «rechazar todos los caminos del odio y la violencia». Los sentimientos del Papa pueden leerse en un telegrama enviado este lunes por el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado, en nombre del Papa, al arzobispo Paulos Faraj Rahho, de Mosul de los Caldeos (Irak). En su mensaje, el Papa se une «a la comunidad cristiana de Mosul para encomendar sus almas a la misericordia infinita de Dios, Nuestro Padre que nos ama y para dar gracias por su testimonio ejemplar del Evangelio».
Al mismo tiempo, «suplica que este caro sacrificio inspire en los corazones de todos los hombres y mujeres de buena voluntad la decisión renovada de rechazar todos los caminos del odio y la violencia, para vencer el mal con el bien y cooperar en el despuntar del alba de la reconciliación, la justicia y la paz en Irak».
A las familias y a cuantos lloran a sus muertos, con la fe y la esperanza que hunde su certeza en la Resurrección, el obispo de Roma «imparte de todo corazón la bendición apostólica como prenda de consuelo y fuerza en el Señor».
En los últimos días los tres subdiáconos siempre acompañaban al sacerdote para tratar de protegerlo. De repente, el coche fue detenido por hombres armados. Los agresores alejaron a la mujer y asesinaron a los cuatro hombres.
Por otro lado, después del asesinato del padre Ragheed Ganni y de tres subdiáconos en de Mosul, una iglesia ha sido atacada en el barrio de Dora, en Bagdad, y otra ha sido convertida en mezquita, según informa la agencia Aina. Se trata de la iglesia de San Juan Bautista, en la zona de Hay Al-Athoriyeen cuyos guardias aparentemente han sido asesinados, y la de San Jacob, en la zona de Hay Al Asya, que habría sido transformada en mezquita. La iglesia de san Jacob había quedado prácticamente destruida en los atentados que en 2004 flagelaron otras cuatro iglesias en la capital, explica el blog de los cristianos iraquíes «Baghdadhope».
«En Irak, los cristianos están muriendo». Esta es la dramática constatación que se hizo en la misa celebrada este jueves en Roma en sufragio del padre Ragheed Aziz Ganni, sacerdote caldeo, asesinado este domingo, 3 de junio, en Mosul, Irak, junto a tres subdiáconos. El grito de ayuda fue lanzado por el padre Philip Najim, procurador del Patriarcado caldeo ante la Santa Sede, en la capilla del Colegio Pontificio Irlandés, el seminario en el que el padre Ganni había vivido durante cinco años mientras estudiaba en la ciudad eterna.
«Iglesias cerradas, coches bomba, conversiones forzadas, secuestros: en Irak los cristianos están muriendo, la Iglesia está desapareciendo bajo los golpes de persecuciones, amenazas y violencias por parte de extremistas que no dejan otra opción: o la conversión o la fuga», dijo el padre Najim durante la homilía. «Los cristianos se han convertido en el chivo expiatorio, del que hay que aprovecharse o al que hay que eliminar. No pueden profesar su fe libremente. A las mujeres se les impone el velo y las cruces son arrancadas de las iglesias», constató.
Una manifestación en Francia
Por otro lado, en la ciudad francesa de Sarcelles, cercana a París, el 12 de junio se celebró una manifestación de repulsa por este atentado con el lema «¡Basta con la masacre de cristianos de Irak!». Se reunieron unos dos mil iraquíes asirio-caldeos y sus amigos franceses.
La reunión, convocada por la Iglesia caldea y asociaciones caldeas de París, en la tarde del domingo, congregó a dignatarios religiosos franceses e iraquíes, a altos responsables del Estado, a alcaldes de las ciudades cercanas.El alcalde de Sarcelles, François Pupponi bautizó una de las plazas de la ciudad con el nombre de «Plaza de la paz y de los cuatro mártires», en referencia al padre Ganni y a los tres subdiáconos. El encuentro concluyó con una misa de sufragio por estas víctimas en la iglesia de santo Tomás, en la que participaron más de 20 obispos, diáconos, religiosos y religiosas, y varios miles de fieles.
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